Pasadas las 21:15 de la noche y bajo los acordes de una guitarra española, salía al escenario el cantante almeriense que, ataviado con un sencillo traje negro, se sentaba en una butaca iluminada por una tenue luz de candelabro para deleite de los asistentes a la sala, que nada más vislumbrar la entrada del artista rompían en aplausos.
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David Bisbal que actuaba por tercera vez en la sala de fiestas con su nuevo espectáculo acústico, comenzó el recital haciendo un homenaje a su tierra, Almería, que estaría presente durante el resto de la velada, dejando patente que no ha querido ni quiere desprenderse de sus raíces, mostrándose orgulloso de sus orígenes.

Esa cercanía y sencillez que le caracterizan fueron las protagonistas cada vez que David Bisbal se dirigía a los presentes, mostrando abiertamente su intención de hacer un viaje a través de las mejores canciones de amor y desamor desde los años 70 hasta la actualidad, sin olvidarse de los grandes compositores que han marcado, de una manera o de otra su trayectoria.

Así, Armando Manzanero, Joan Manuel Serrat o Alejandro Sanz estuvieron presentes con temas como ‘Adoro’, ‘Lucía’ o ‘Y si fuera ella’.

El público muy entregado desde el principio, quiso premiar al cantante por su cercanía ofreciéndole flores, pancartas y numerosos regalos que Bisbal agradeció durante todo el espectáculo. Con ese ambiente tan cálido, pese al lleno absoluto del Benidorm Palace, el almeriense no quiso marcharse sin recordar algunos de los temas que le llevaron a lo más alto del panorama musical nacional e internacional e interpretó, junto a una banda formada por instrumentos de cuerda, viento y percusión, canciones como ‘Quien me iba a decir’, ‘Al-Andalus’, ‘Dígale’ o ‘Silencio’, que fueron coreadas por sus fans más incondicionales.

Tras el grueso de la actuación David Bisbal se despidió de la sala pero volvió a los pocos minutos para cerrar el concierto por todo lo alto, cantando dos de sus temas favoritos y más recientes, ‘Mi princesa’ y ‘Esclavo de sus besos’, con la particularidad del cambio de acordes y ritmos, que hizo del espectáculo un acto muy especial.

De esta manera David Bisbal puso punto y final al concierto acústico al filo de la medianoche, demostrando porqué es uno de los cantantes nacionales más queridos y dejando patente, una vez más, su sencillez y cercanía con el público, claves de su éxito.

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