...orgullo de la Costa Blanca (II)


Benidorm Palace Cena EspectáculoMe dispongo inquieto a caminar. No queda lejos. Casi vale la pena ir andando, sin traspiés. Dejándote ver por quien se exhibe. Por momentos te sientes elegante, casual, alternativo, dandi o cualquier otra expresión del carnaval de la vida. Qué más da! Te diriges a un sitio único, cosmopolita y entrañable. Todos los lugareños lo conocen amigablemente como “el Palace”.
Comienzas a reconocer la ubicación de este local en la ciudad porque a tu paso se van uniendo parejas de paso romántico, familias ilusionadas con hijos de mirada expectante, grupos de amigos con ganas de sorprenderse, coches con clientes habituales que saben lo que quieren y no arriesgan, autobuses con grupos de gente que tiene la vida hecha y merecen un disfrute, ciudadanos de lenguas, perfumes, atuendos y afectos diversos: todo un mosaico de humanidad encaminado hacia el templo del ocio en Benidorm.

La fachada fascina, y no defrauda, con esa especie de serpenteante pared brillante y sugestiva, alzada a base de sofisticados paneles plateados y engarzados al aire que reflectan la luz: como si preanunciasen la comedia de la vida que cada jornada se cuece dentro.

Queda a penas media hora para abrir las puertas. Son las ocho y media, y sonríes cómplice a los que llegan después que tu. Unos se arreglan la solapa, otras se ciñen la cadera, mientras los de más allá echan fotos para demostrar lo inolvidable, para captura una fachada que se sale de encuadre. En el interior ya son más de cien repasando la composición de las mesas, colocando las últimas copas y cubiertos sobre los manteles, abrillantando los aseos, haciendo pruebas de luces, enfriando bebidas, activando telones, reponiendo en camerino decenas de trajes, zapatos, pelucas, plumas, abalorios y porciones de fulgentes swarovski. Son decenas y decenas de profesionales a ritmo de cha-cha-cha. Cada uno en su rango. Cada uno en su lugar con todo dispuesto a recibirte. Ya hemos traspasado el umbral, compramos ávidos el programa de mano, y alguien cortésmente nos indica que descendamos a la sala.

Decir que el Benidorm Palace es único en su género no añade nada nuevo a lo que ya sabemos por las guías, la prensa y el propio sector. Son más de treinta años abriendo sus puertas. Y eso se nota. No queda ningún espacio de ocio como este en todo el Mediterráneo: realmente no se comprende esta afirmación en toda su magnitud hasta que estás sumergido entre sus paredes, seducido por su atmósfera, y compruebas atónito cómo se abalanza el escenario sobre ti al primer compás que suena en cada espectáculo.



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