Isla de Tabarca

 

 

 

Tabarca era una isla pobre, con un pasado muy novelesco, donde se mezclan extrañas leyendas de piratas berberiscos, de navegantes tunecinos, de presos genoveses, de pescadores pobres y de reyes lejanos.

 

 Es la única isla habitada en toda la comunidad valenciana, en todas las millas costeras de Alicante, Valencia y Castellón.  Bien es cierto que su censo de habitantes nunca paso del centenar y en el corazón del invierno quizás no pasen de los treinta.  Aunque la verdad es que allí el invierno no existe (su temperatura media es de 17C); lo que si existe es el turismo y  este vive, sobre todo en los meses mas cálidos.  En esas épocas la población se multiplica, florecen chiringuitos, mercados y mercadillos que ofrecen los productos de mar y el arroz eterno de la zona.Calle de Tabarca

 

 El resto del año Tabarca es escala de navegantes de todo tipo, desde el dominguero de la costa que viene desde Alicante o desde la más cercana Santa Pola hasta los de larga distancia que usan su tranquilo puerto como fin de etapa.

 

 Tabarca es una isla chica: 1.800 metros de longitud y apenas 400 en su punto de mayor anchura, pero en verano su volumen se multiplica: entre residentes y el vaivén continuo de visitantes que llegan abarrotando las embarcaciones que desde Alicante, Santa Pola, Campello  o Benidorm diariamente los traen y los recogen, encantados todos con el clima, con el sol y con la suavidad de este mar.

 

 El  origen del nombre de la isla nos lleva nada menos que  hasta Túnez.  En esa costa hubo una  isla  poblada por genoveses que un día fue invadida por fuerzas del Rey de Túnez que encarcelo a todos sus habitantes.  Carlos III los libero mas tarde y hacia 1770 los llevo a nuestra isla, que entonces llamaban de San Pablo.  A partir de aquel momento la Llamaron Nueva Tabarca, en recuerdo de la Tabarka Tunecina.  El rey de España la amurallo convenientemente para evitar que los piratas con sus navíos la utilizaran como base para sus incursiones en la Costa.  El antigua nombre de San Pablo, alguna tradición cristiana, la señala como lugar donde un día desembarco el Apóstol.

 

 La gran proximidad a la costa, a 3 millas del cabo Santa Pola y a 11 de Alicante, hacen que la travesía sea rápida y que cualquiera de los trayectos, en los dos sentidos, puede realizarse cómodamente en una sola jornada, disfrutando de la pesca, el baño, la gastronomía o las visitas a los restos de las murallas de hace mas de tres siglos.

 

 

F J Villaplana.

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